Precioso disco, Ismael en su línea, arañando el corazón con tu consentimiento.
Y un día lo mordió el virus el miedo.
Entendió que las mujeres
nunca tienen dueño.
Y temió que ella marchase,
que se agotase el manantial
sin un por qué.
Venció el miedo y faltó a la última cita,
no descolgó el teléfono
que aullaba en la mesilla.
Y el temor a la derrota
lo agarrotó como un calambre,
sin un por qué.
He comprado dos, uno para mi y otro para la mujer a la que echaré de menos eternamente, espero que le guste. :)
¿Este es de los de La música se muere? Porque si es así, has hecho mal en comprarlo :P
La eternidad, hablando de mujeres, dura mucho menos de lo que piensas.
Au au