Estoy seguro que esta fué la frase que llevó al «fiera» a colocar los cables de red así.
-Pito, pito, gorgorito, donde va este RJ45… Aaaaaaaqui.
Es todo lo que me da la imaginación a estas horas. Tras pasar muchas horas sin comer, con algunas prisas por tener gente parada pendiente de mi y por meterme en el cuarto de comunicaciones y quedarme a cuadros al revisar el rack.
Vamos a ver, ¿que conocimientos llevan a un hombre a esa conclusión? Os pongo en situación. Dos servidores Debian con una serie de servicios muy concretos cada uno , dos routers directos uno a cada uno de los servidores, dos swiches (separados fisicamente), 3 redes locales configuradas, todo perfectamente ordenado para un mantenimiento óptimo.
Pero supongo que «el fiera» vio que los cables del swich de abajo cabían en los agujeros del swich de arriba o algo así, así que me he econtrado TODAS las ethernet de los dos servidores conectadas al mismo swich, con lo que conlleva eso, teniendo servidores DCHP configurados en cada uno de los servidores para servicios distintos.
ARF!. Supongo que siguió pensando: Y claro, ya que hay dos routers ADSL, ¿para que ponerlos a través de esas cajas negras a las que llaman Debian los que lo montaron? Nada, mejor conecto los dos routers ADSL también en el swich que todavía caben cables.
Mira que bonito, ahora me ha quedado un swich vacío y sin usar. Si es que estos del departamento de infomagia son unos derrochones.
Apufff, está claro que va a ser una semana muy larga. Para colmo cuando he llegado al hotel (muerto de hambre) me dicen que los lunes no sirven comida en la habitación. Maldito Murphy.
Así que para «relajarme un poco» me he dado un paseo, he tirado fotos a insectos y a unas manos de colores. Me he comprado algo de comida (nunca había comido cecina de león) y voy a ver si me sigo divirtiendo leyendo Rechicero en la habitación del hotel.
A ver que cuento mañana…