Esta mañana una compañera en la oficina tenía un brillo especial en los ojos.
No era su sonrisa, no era su forma jovial de hacer las cosas, ni tan siquiera su capacidad para animar a los compañeros con sus bromas en cualquier situación.
Era el brillo de sus ojos.
Ese brillo ha venido acompañado por una noticia terrible. La chica jovial, la dicharachera, la bromista y la buena compañera se despide. Se va, o quizá mejor dicho, se la lleva, se la lleva un suertudo para que le divierta a él, para que le haga bromas a él y para que le acompañe a él.
El brillo especial en los ojos lo decía todo.
Desde esta mañana, está todavía más guapa si cabe.
A él le digo: -Tocayo, te llevas una joya imposible de envolver.
A ella le digo: -Perdiendo apuestas eres única. Espero poder perder yo alguna contigo. ;)
Mis felicitaciones.