Ya sabía yo que Murphy no se olvidaría de mi estos días. Antes de empezar la semana ya hemos tenido un percance y de los dos viajes programados, sólo podemos hacer uno. Pero para más inri, al llegar a Madrid, el taxista me dice que no puedo ir al hotel, que está la carretera cortada por las lluvias, así que me he tenido que ir directamente al trabajo. Murphy 2 – David 0. Y toda la semana por delante…