El calor y Murphy son una combinación odiosa. Si a esta combinación le sumamos el disco duro donde tenía mi partición de trabajo en casa, el resultado es una expresión de asombro con las manos en la cabeza.
Ayer al llegar a casa, el disco duro donde tenía todos los datos dijo que no aguantaba más, que pasaba de trabajar en esa habitación llena de cacharros donde el calor empieza a ser insoportable. En según que momento no me hubiese importado mucho, ya que hago copias de seguridad con bastante frecuencia, pero Murphy me adora, visitandome con su ley cuando hacía días que no hacia copia.
Por suerte (o no) estoy acostumbrado a estas cosas, trabajar con urgencia y recuperar datos irrecuperables es parte de mi trabajo día a día. Así que en unas pocas horas estaba la cosa otra vez funcionando, pero con la copia de varios días atrás.
Esta tarde probare a recuperar datos del disco muerto, a ver si hay suerte y le saco al menos los trabajos importantes de estos días. Si no es así, tendré que volver a reescribir código. (sic…)
Como siempre digo en estos casos: «En mi próxima vida me hago zapatero (de profesión, no de presidente), que es más fácil».