Maldito Murphy

Cualquiera de mis amigos o fiel seguidor de este blog ya sabe el aprecio que me tiene Murphy, consiguiendo siempre las combinaciones de peor suerte que puedo tener. Aquí­ una breve (muy breve) anotación de lo que me ha ocurrido estos últimos dí­as.

Jueves 15: El coche me deja tirado en la autopista. Un compañero de curro se acerca con primeros auxilios hasta donde estoy, pero nada de lo que nosotros podemos hacer es útil. No tengo más remedio que llamar a la grua. Pierdo ese dí­a de trabajo.
Voy al banco a ver si consigo de una vez acelerar lo del coche nuevo. Ahora lo necesito más que nunca.
Mi padre se pone a planear obras en casa, me mira con cara de «tú que no tienes nada que hacer…», me temo que me va a tocar hacer trabajo fí­sico.
La chica que no escribe sigue escribiendo más bien poco, parece que le es más cómodo escribir por SMS. Que le vamos a hacer.

Viernes 16:El banco sigue sin noticias nuevas.
Mi padre me «ficha» para el trabajo fí­sico que me imaginaba, así­ que abuso un poco de mis músculos, mi espalda y mi bronquitis asmática.
No consigo vehí­culo, así­ que me tengo que pillar las vacaciones forzadas sin remedio. Tony se ofrece amablemente (mientras le apunto con un revolver a su frente) a hacerme de taxista y llevarme de concesionario en concesionario para rematar el tema del coche.
Me llama Eva (mi ex), tiene algunos problemillas y quiere charlar un rato. La charla está bien, juego con IraH mientras le arranco a Eva algunas sonrisas y lágrimas.
Imposible ir a la cena que tení­a planificada para esa noche.
La chica que no me escribe se va a la pení­nsula unos dí­as, depilada y con vestido nuevo.

Sábado 17:Madrugon, trabajo duro en casa, de esos de utilizar las manos, herramientas varias y algún que otro esfuerzo. Bueno, al final resulta que no se me da mal embaldosar el suelo. Mi padre me enseña algunos trucos para trabajar menos. :P
Tony me llama para ir de cena con unos amigos, vaya, tampoco puede ser, ya tengo compromiso.
Domingo 18:Más trabajo en casa, está vez avanzamos más rápido y vamos perfeccionando el trabajo fino. No está mal del todo el binomio con mi padre a la hora de currar.
Vueltas y más vueltas a los papeles recopilados de los concesionarios. Maldito coche. Maldito Murphy.
También algunas vueltas a las cosas que hable con Eva. Vaya, todaví­a escuece un poco. Es su cumple, la felicito y quedamos que al dí­a siguiente nos vemos para darle los regalos.
La chica que no me escribe debe estár pasándoselo en grande. Espero que se acuerde de las fotos.

Lunes 19:El banco lo tiene todo listo. Me disloco la muñeca firmando «cienes y cienes» de documentos. Ahora ya tengo una cuenta de ahorros. Salgo pitado a comprar el maldito coche.
Concesionario 1: Bueno, vale, tal precio, tal coche, que no, que no, más bajo, ¿no?, hasta luego…
Concesionario 2: Muy similar al concesionario 1.
Telefonazo al Concesionario 3: Oye, ¿que tal lo del coche que hablamos? ¿Nada? Vale gracias, sigo buscando…
Concesionario 3: La chica guapetona me ofrece más o menos lo que busco. Bien, compro, compro.
Me llama Concesionario 1: Que me baja la oferta, le digo que estoy en concesionario 3, me mejora la oferta, vale, vamos para allá y firmamos.
Después de unas cuantas horas y más kilometros, ya tengo en propiedad el coche que me ha dejado comprarme mi banco (en realidad es suyo). Me ceden un coche hasta que este lo tengan listo y con el lazito rojo listo para llevar.
De vuelta a Palma a «devolver» a Tony nos cruzamos con Eva. Telefonazo al canto y echamos la tarde juntos. Vale, al menos me sirve para dejar algunas cosas claritas. Todo mejor ahora.
La chica que no me escribe está agotada, parece que el viaje ha sido bastante ajetreado.

Martes 20:De vuelta al trabajo, no sin antes arreglar algunos papeles pendientes para lo del maldito coche.
Vaya, un conflicto de hardware tiene unas 20 máquinas paradas, hay que buscar solución de inmediato. Me peleo un rato con grub, con el servidor de imágenes y con distintas configuraciones. Durante el forcejeo no me queda más remedio que ser testigo de como un servidor «hasefroch» peta, lo que faltaba vamos.
Regreso a casa. Tengo bastantes mails que he desantendido durante estos dí­as, algunos son amigos preguntando que es de mi persona, que hace dí­as que no tienen noticias. Iré contestanto, pero con este apunte ya todos estarán más al dí­a.

Bueno, estoy seguro de que Murphy no se olvidará de mi todaví­a, pero bueno, no me queda más remedio que tener paciencia. A ver que pasa mañana… :)

CDoF

CDofCada vez que encuentro una aplicación libre para Palm me apetece probarla y comentarlo con los compañeros que también usan PDA’s con sistemas Palm.

He encontrado una aplicación que te ayuda a calcular de forma correcta la mayorí­a de opciones que nos encontramos en una cámara reflex. Puedes añadirle todas tus lentes y en un momento saber cual serí­a la configuración correcta para tirar esa foto que tienes en mente.

Voy a tener que pillarme unos dí­as de vacaciones forzadas, así­ que quizá tenga tiempo para probarlo en profundidad. De momento promete mucho.

La aplicación se puede descargar desde su página web: CDoF: Cort’s Depth of Field Calculator.

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

¿Sueñan los androides con ovejas electrónicas?Acabo de terminar ahora mismo el libro que tiene por tí­tulo ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?.

Las diferencias con la famosa pelí­cula son muchas, por lo que he disfrutado bastante más de lo que me esperaba con su lectura. Así­ que si eres de los que sólo has visto la peli, no dejes de leerlo.

Lo añado a mi estanterí­a virtual en Bookcrossing, así­ que si te interesa leerlo, ya sabes, me lo pides y te lo paso.

iPod nano al detalle

Prueba de stress del iPod nano
Todo el mundo ha hablado ya en sus respectivos weblogs sobre el famoso iPod Nano. Parece que el cacharrito en cuestión está realmente bien.

Pues en una web llamada Arstechnica.com han publicado un texto donde examinan a fondo el bichito. Me ha llamado especialmente la atención la sección de «resistencia del iPod» y la de «autopsia del iPod», con fotos bastante interesantes.

Ojo, si te gustan especialmente estos juguetitos, ver las fotos puede dañar seriamente tu sensibilidad. :P

Soy el malo de la peli

A lo largo del fin de semana he sufrido nuevamente el acoso tí­pico del «pringao informático« que tiene que ayudar a la gente por que es casi su obligación. Y claro, al negarme, he quedado como el malo de la peli.

Por un lado tengo un familiar, que se presenta en casa con un equipo con las instrucciones de «Que me han dicho que le instales a esto un windows». Bueno, el acto reflejo de mis neuronas es lo de soltar una carcajada a lo malo malí­simo, como si de M.A.D. (el malo del inspector Gadget) se tratase. Pero tras contar mentalmente una serie de números, inspirar y expirar profundamente e intentar parecer tranquilo, digo:

– No, no voy a ponerte ningún windows en ningún sitio. – Le doy la opción de poner una distribución libre.

Casi mejor voy a omitir el resto, pero bueno, al final se ha llevado el equipo tal y como se lo ha traí­do, vamos, que nada de nada, soy el malo de la peli. :(

Después llega mi madre, que vení­a del trabajo, diciéndome que llame a la oficina, que tienen no se que problema con el ordenador, a ver si se lo puedo arreglar. Apuuffff. El mismo proceso de relajación que el anterior, pregunto el número y digo al que me coge el teléfono:

– ¿Que le pasa a tu servicio técnico, que no te hace caso? – Vamos, que lo dejo claro desde un principio.

Pues nada, me cuentan el problema, le digo que es lo que podrí­a mirar directamente y no se le ocurre otra cosa que decirme esa famosa frase de:

-¿Y tú no puedes venir a mirarlo? – Joder, este Déjí  Vu lo he tenido ya demasiadas veces.
-No, no, yo es que ya no me dedico a eso. Adiós, adiós…

Pues bien, de nuevo soy el malo de la peli. Hay que ver. Lo peor es que intentar explicarlo una y otra vez es perder el tiempo, siempre te acaban mirando como si fueses un borde que no quieres ayudar a nadie (cosa que no es cierto, siempre doy la opción de ayudar, pero con software libre).

No hubiese escrito esto si esta tarde se hubiese repetido la misma escena, esta vez una llamada a un amigo con el que estaba en la playa, pasando el rato. Se ha tirado unos quince o veinte minutos enganchado al teléfono, en domingo, intentando explicar esto y aquello sobre un windows (creo que la solución ha quedado en formatear, como siempre). Y digo yo, si se me ocurre llamar a mi mecánico en domingo para que me diga como cambiarle la bujia a mi coche por que suena raro, ¿no me enviará a freí­r monas?

Apuffff… Me he cortado un poco, pero ya lo he soltado. :)