Es curioso. En el trabajo todo va como la seda. Pasan un par de días de una oficina a otra poniendo un poco de orden y haciendo algunas cosillas, pero todo perfecto.
De pronto, una máquina (con ese maldito sistema operativo que tanto odio) empieza a complicar las cosas. Rompe la agenda, nos hace perder todo un día. Al día siguiente, cuando parece que lo tenemos todo controlado y podemos por fin coger el avión de regreso a casa tranquilos, aparece un nuevo problema, un servidor caído.
Maldito Murphy. Si no fuese por que tenemos planes de contingencia preparados para este tipo de cosas, no se que haríamos. Ya sólo faltaría que el vuelo de vuelta lo tengamos contratado con Air Madrid. :(